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viernes, 5 de junio de 2015

Excursión fin de curso

Llevábamos mucho tiempo contando los días que faltaban para la excursión. ¡Y por fin ha llegado!
Esperábamos al autobús con mucha emoción, impacientes por todo lo que íbamos a ver.
Primero hemos visitado la fábrica de barquillos artesanos Xandra. Nada más entrar nos hemos sorprendido de lo bien que olía: "a galletas", decía uno. "No, a bizcocho", decía otro. "Yo creo que a chocolate", decía alguien más. Lo cierto es que los barquillos llevan pocos ingredientes: agua, azúcar, harina, margarina y vainilla. ¡Parece mentira que estén tan ricos con tan poco! Pero es que Xandra los hace con mucho cariño. Casi tan artesanalmente como los hacía su padre cuando empezó. Nos ha encantado ver la enorme batidora que utilizan y la máquina que los fabrica. ¡Además nos han regalado barquillos para todos! ¡Muchas gracias, Xandra!
Después de almorzar y ver la fábrica, nos hemos trasladado hasta el Castillo de Aguas Mansas. Allí Asun, la guía, nos ha explicado las partes que tiene un castillo, cómo se vivía allí cuando lo construyeron, en la Edad Media, y cómo se ha transformado actualmente. Después lo hemos visitado por dentro. ¡Hasta hemos subido a una de sus torres! En la sala principal, que ahora es el salón de plenos del Ayuntamiento, hemos escuchado algunas otras explicaciones y hemos leído un cuento sobre caballeros y reyes en un castillo. ¡Qué emocionante!
Por último, hemos ido a la granja "Los huevos de Rosalinda". Allí nos han recibido los papás, la tía y la abuela de nuestra compañera Jimena, de la clase de 3 años. Hemos podido ver cómo viven las gallinas criadas de forma ecológica: no están en jaulas, como en otras granjas, sino que tienen una "casa" muy grande para ellas solas y hasta pueden salir al patio. Estas gallinas comen lombrices y las lombrices, a su vez, comen la "caca" de las gallinas. Al hacerlo, convierten las "cacas" en compost, que se utiliza para cultivar verduras en un huerto muy ecológico también.
Allí hemos comido y después hemos jugado hasta la hora de volver al autobús. Lo hemos pasado fenomenal, a pesar del calor tan fuerte que hacía. ¡Menos mal que llevábamos las gorras y nos habían dado crema!
Ha sido un día apasionante y hemos vuelto cansadísimos. Pero ha merecido la pena.



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