Gigantes y Cabezudos

Una de las cosas que más suelen asustarnos son los Gigantes y los Cabezudos. Personajes que no pueden faltar en las fiestas y que suelen ir siempre acompañados de un nutrido grupo de niños y niñas, entre los que despiertan, a partes iguales, temor y fascinación.
Por eso queríamos ir a conocerlos y hemos tenido la suerte de que nos recibieran en su propia casa. Lo primero que nos sorprendió fue que las puertas eran altísimas, para que puedan entrar y salir sin problemas. Una vez dentro, las personas que los manejan se encargaron de explicarnos, en primer lugar, que no hay que tenerles miedo, pues no son más que muñecos, que no pueden moverse si no hay alguien que se meta dentro de ellos.
Después nos fueron presentando a los Gigantes, que siempre desfilan por parejas, y contándonos un poco de la historia de cada personaje representado. Espartero, el más alto y pesado, acompañado por la Duquesa de la Victoria. Sagasta y el Marqués de la Ensenada. Serafín, el gaitero (su compañera, Nieves, no pudo venir porque la están restaurando). El Alcalde y la Alcaldesa. Los peñistas.
Todos estuvimos muy atentos a sus explicaciones. Nos contaron que, como los que van dentro no pueden ver lo que hay debajo, detrás o a su lado, es muy importante no acercarse demasiado cuando se están moviendo, porque pueden pisarnos, golpearnos o caerse encima de nosotros. ¡Pero cuando están parados podemos ir a saludarlos, ahora que sabemos sus nombres!
Después nos presentaron a los Cabezudos: el Payaso, el Pirata, el Torero, el Negrito, el Clown, Popeye....
También nos contaron que, como son una escuela, tienen gigantes y cabezudos más pequeños para que los niños y niñas puedan ir aprendiendo a moverlos. Pero hay que ser un poco más altos que nosotros todavía.
Tuvimos un pequeño susto cuando el cabezudo del Diablo se presentó con su porra, pero pudimos ver que dentro iba un chico muy simpático y enseguida se nos pasó el miedo.
A continuación nosotros mismos pudimos ponernos las cabezas de los Cabezudos y las señoritas se atrevieron incluso a "bailar" a la Giganta, con un poco de ayuda, claro.
Finalmente nos hicimos una foto todos juntos y nos regalaron una bolsa de palomitas para después de comer.
Fue una visita muy divertida; aprendimos cosas interesantes y, sobre todo, conseguimos conocer mejor a estos personajes tan importantes de nuestras fiestas y a no tenerles miedo.

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